Aprende a limpiar tus persianas sin correr riesgos

Cuando hablamos de limpieza del hogar sabemos que, las grandes olvidadas de la casa, son las persianas. Si además, vivimos en las plantas altas de nuestro edificio de Les Corts, la situación se agrava aún más, dado que solo podremos limpiarlas por la parte interior. Para facilitarte esta labor y que tus persianas no se conviertan en un lugar donde se acumule el polvo y la suciedad, en Apialia Gaudí, vamos a ofrecerte unos sencillos consejos.

Sabemos que el limpiar las persianas llega a ser muy peligroso. No resulta nada extraño ver a alguna persona con medio cuerpo fuera de la ventana, trapo en mano, quitando la suciedad de sus persianas. Tal situación es tremendamente perniciosa y pone en riesgo nuestra integridad. Razón por la que te vamos a explicar los pasos que debes seguir para completar estar tarea

Para empezar, con la ayuda de una escalera, debes quitar la tapa del tambor, que es donde la persiana se enrolla cuando se encuentra recogida. Una vez que tengamos la tapa quitada, empezaremos el proceso de limpieza. Para ello, antes que nada, le pasaremos un paño húmedo lama por lama, para quitarle todo el polvo que tenga acumulado. Una vez eliminada la suciedad, debes esperar y asegurarte que quedan perfectamente secas antes de aplicarle cualquier producto.

Debes saber que, dependiendo del tipo de material en el que estén fabricadas, necesitaremos un producto u otro. Si las persianas son antiguas, lo más común es que estén hechas de madera. En este caso, lo más adecuado es el aplicarle líquidos de limpieza específicos para este material, o bien utilizar vinagre blanco con un poco de agua en un pulverizador. Para las que están compuestas por lamas de plástico, una esponja con agua y jabón seguramente sea suficiente para devolverle el brillo a la persiana. Si tus persianas están fabricadas en metal, te aconsejamos que hagas uso de un paño impregnado en alcohol, para quitar los restos de suciedad que puedan tener.

Tras este proceso, deja secar nuevamente tu persiana y coloca la tapa del tambor en su posición original. ¡Verás que bien quedan!

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