Las minicasas son unas viviendas pequeñas que pueden rondar entre los 30 y los 40 metros cuadrados pero que ofrecen todas las comodidades de una casa con dimensiones normales.
Cuentan con un diseño minimalista en los que se aprovecha cada centímetro y suelen ser espacios modernos y funcionales, aunque tienen la ventaja de que se construye a gusto del consumidor y según sus necesidades, con lo que cada una es diferente y está personalizada. Asimismo, una característica fundamental de estas construcciones es su sostenibilidad, ya que son respetuosas con el medio ambiente y por consiguiente, suelen tener un mantenimiento más barato que una casa convencional.
El precio varía mucho porque depende del tamaño y de los materiales, así como de lo que queramos incluirle.
Surgieron en países como Estados Unidos, Reino Unido y Japón y se han popularizado gracias a numerosos programas de televisión y suponen una opción para aquellos que no quieren tener su vida hipotecada durante años, o los que se desplazan por motivos de trabajo y no quieren buscar pisos en los sitios a los van sino llevar su propio hogar (para este tipo de personas, encontramos las llamadas minicasas sobre ruedas que llevan un remolque).
Aunque la demanda en España está aumentando, el problema con el que nos podemos encontrar cuando compramos este tipo de casa es el vacío legal que existe, ya que no hay regulación para su ubicación y normalmente hay que estacionarlas en zonas privadas para no tener ningún inconveniente.
Este tipo de infraestructura suelen tener propietarios jóvenes, independientes y con trabajos que les permiten moverse por el mundo, no significa que sean personas con escasos recursos, aunque por otra parte, también se ha convertido en la única opción para la gente que no puede permitirse una vivienda normal pero que ansía tener su propia casa.