No todo el mundo reúne las condiciones y requisitos indispensables para poder solicitar una hipoteca, no obstante, existen algunos otros métodos de financiación que permiten convertirse en propietario sin tener que acudir al banco, es el caso del alquiler con opción a compra.
En Apialia Gaudí te explicamos en qué consiste esta fórmula para poder comprar una vivienda y cuáles son sus ventajas y sus inconvenientes.
El alquiler con opción a compra permite que el inquilino empiece viviendo de alquiler en un inmueble durante el tiempo que se establezca en el contrato, y una vez finalizado el plazo, cuenta con el derecho para poder comprar la vivienda al precio fijado previamente, del que se puede descontar una cantidad total o parcial de las cuotas que se hayan estado pagando mensualmente para el alquiler.
Para realizar un alquiler con opción a compra hay que redactar y firmar dos contratos: uno de alquiler y otro de compraventa, que se recogen en el mismo documento. Sin embargo, no existe ninguna regulación para realizar este tipo de contratos a excepción de ciertas alusiones en el Código Civil, en el artículo 14 del Reglamento Hipotecario y en la LAU (Ley de Arrendamientos Urbanos). Aunque hay ciertos aspectos que deben quedar claros:
- El precio de compra del inmueble.
- El plazo establecido para poder adquirir la vivienda.
- Una prima en cantidad de concesión de opción a compra que se recoge en la mayoría de los contratos y que se descuenta en el caso de que finalmente se produzca esa compraventa y se perdería en caso de no completar la operación.
El alquiler con opción a compra tiene ventajas e inconvenientes tanto para el propietario como para el inquilino:
- El propietario: sigue ganando dinero con el alquiler durante el tiempo de arrendamiento y es una forma de sacar rentabilidad al inmueble sin renunciar a la venta, además puede aprovecharse de los beneficios fiscales por el alquiler y si el inquilino no paga podría quedarse con la prima. El principal inconveniente es que si el inquilino no decide comprarla habrá perdido el tiempo para poder vender la vivienda con alguna otra oferta que haya podido surgir y si sube el precio de las viviendas, no tiene opción de cambiarlo puesto que queda establecido en el contrato.
- El inquilino: no pierde el dinero del alquiler, puesto que esa cantidad se descontará del precio final aunque sea parcialmente y además, tiene la compra asegurada de la vivienda, pudiendo adquirirla en cualquier momento del alquiler. El inconveniente principal es perder la prima si finalmente no compra la vivienda y que ese contrato de alquiler con opción a compra está sujeto a doble tributación, tanto por el alquiler como por la compra.